Un verano trabajé en un call center, que pertenecía a seguros cencosud parís metlife. Al principio, no le tomé mucha importancia, era mi primera experiencia en un call center y no duraría mucho ya que lo hacía para juntar dinero para las vacaciones.
Al principio, lo primero que hicieron fue darme un script con lo que tenía que decir, estudiarlo y “arreglarlo” para que saliera de forma natural y no tan máquina. La naturalidad era importante, porque como todo buen vendedor, así uno “engancha a las personas”. Tenía experiencia en ventas. Obviamente en los primeros 5 segundos de conversación uno tiene que lograr, llamar la atención del cliente, y deducir qué tipo de cliente era.
En mi caso, me dijeron que era clientela “fácil”. Me toco vender seguros para adultos mayores. Así es. Eso era para ellos “clientela fácil”. Y yo vendí mi alma al diablo. Porque te pagan por comisión y como trabajaría un mes, la idea era irme con todo lo que pudiera sacar en ese tiempo.
La base de datos, contenía un millón de números de adultos mayores, que fueran clientes o tuvieran tarjetas cencosud (parís, easy, jumbo, santa Isabel, Johnson). Uno de los comentarios de mi jefa (más terribles para mí) fue “te toco fácil, los viejitos siempre están solos, así que tu mételes “conversa” y caen rápido”. Peor fue comprobar que eso era cierto.
Al principio, no pensé que era tan diabólico, ofrecía el producto y claro, me empezó a ir bien. No me parecía malo lo que ofrecían por $4.500 pesos chilenos mensuales. Tampoco me molestaba hablar con los adultos mayores, la mayoría de las veces era agradable y efectuaba una venta, fueron muy pocos los que me rechazaban, y nunca de mala manera. A veces me alegaban cosas que tenían que ver con la tarjeta, pero yo nunca me puse la camiseta censosud metlife, así que los entendía y les decía como consejo que la cerraran, obviamente cuando mi jefa no estaba encima de mí, aunque claro las conversaciones eran grabadas, pero me daba lo mismo.
Un día, sin embargo, me toco llamar a una señora de la novena región, vivía sola, muy agradable. Hablamos como una hora. Obviamente acepto mi venta, pero, al final me dice que es analfabeta y que no había entendido ni la mitad de las cosas que le había ofrecido, pero estaba feliz de que alguien la escuchara. Partió mi corazón. Ya había hecho la venta. Sentí culpa el resto del día y empecé a analizar el seguro. Era una estafa.
El script estaba muy bien hecho, cerraba todas las frases con un “sí”. Técnica para lavar el cerebro, de tantos “sí” que escuchaban terminaban aceptando. Y frases como está de acuerdo?. Blah blah blah todo estaba hecho para que terminaran consintiendo. El seguro costaba $4500 pesos mensuales, y si lo encontraban caro había que decir, “si lo piensa son $150 pesos diarios”.
Ofrecía un seguro médico, en el script decía que si se rompía hasta tres huesos, lo cubría, en caso de accidente. Lo que no decía, era que eran ciertos tipos de huesos, por ejemplo, si se rompe el cubito, lo cubre, pero los metacarpianos no. Y lo peor es que sólo cubría el izquierdo, o sea se rompía el derecho y no corría el seguro. Además que eran también “cierto tipos de accidente”.
Otro servicio era el de ofrecer gasfitería, plomería y los típicos trabajos del hogar. Ellos solo tenían que llamar y llegaba a la puerta de la casa la solución, lo que tampoco salía en el script era que el seguro lo único que hacía era contactar el servicio. Una vez que llegaba a la casa ellos tenían que pagar por todo igual ¡Chantas! Porque el script daba a entender que eso corría por el seguro.
Y el último era la ambulancia en caso de emergencia, pero por supuesto eran “ciertos tipos de emergencia” que no salían en el script. Una basura.
Al pasar el mes, no podía con la consciencia, varios adultos me decían, ¡pero $4.500 pesos mensuales es mucho! Yo vivo con $100.000. Y que argumento daba frente a eso? Si es la realidad. La estúpida frase, “pero piense que son $150 pesitos diarios”
Algo “bueno” del seguro es que tenían 45 días hábiles para retractarse del seguro, ya que el primer mes era “gratis”. ¿Por qué bueno? Siempre llevaba una libretita en la que anotaba todas mis “ventas” (Por supuesto la comisión era a partir de 30 ventas mensuales, ventas que cumplí, y que por supuesto no me pagaron, con la excusa de que “las dieron de baja”, me dieron un bono por “desempeño”) al salir de ahí, busqué mi libreta y me di el tiempo de llamar nuevamente a todos los adultos mayores que había estafado, la mayoría de las veces pedí hablar con sus hijos y les expliqué toda la situación, y que se retractaran del seguro, la mayoría de las personas me dieron las gracias y la verdad es que no lo hacía para limpiar mi consciencia, era por ellos. Aunque claro que me sentí mejor. Esa vez las conversaciones no eran grabadas, no había script, no fueron frente a computador y las disfruté mucho más.
Para finalizar, quizás no todos los call center sean tan malos. Aunque es un trabajo en el que no te pagan bien y estás sentado todo el día frente a un computador, llamando desde las 8 de la mañana a las personas, hasta el día domingo. No lo recomiendo, a pesar de que estés desesperado. He escuchado que en algunos call te llevan masajistas y el trato es mejor, y por supuesto no todo son de “ventas”.
Después de eso, igual escucho a las personas que me llaman para ofrecerme algún servicio y los trato amablemente, si no es su culpa trabajar para Satanás.
Esta demás decir que seguros cencosud metlife son engañosos, siempre lean las letras pequeñas al recibir el contrato, sus seguros no tienen coberturas. No dejen tan solos a los adultos mayores. No sé porque Snoopy es la cara de esa basura, no creo que a Charles Schulz le hubiese gustado eso. Y nadie NADIE te puede asegurar la vida.
Pentu